Cómo oficiar una boda civil personalizada

Guía para Oficiar una Boda Civil Personalizada
Se va a casar un ser querido muy cercano a ti, tal vez un hermano o hermana, un primo o una amiga muy íntima, y todo lo que sientes es felicidad hasta que te pide un favor un tanto incómodo, sobre todo si tienes pánico escénico: que oficies su boda.
Las personas que organizan bodas personalizadas suelen ser aquellas que legitiman el acto por lo civil y buscan algo emotivo más allá del acto frío de la firma de un documento legal. Por ello, el rol de los oficiantes no es fácil, pues son responsables de una boda de carácter simbólico, y que debe conjugar el amor y los sentimientos de la pareja durante años en apenas unos minutos. Si te estás preguntando cómo oficiar una boda civil con un toque personal y significativo, estás en el lugar correcto.

Lo más importante de todo es que, antes de empezar a trabajar en la estructura de la ceremonia, el encargado quede varias veces con los novios para consensuar de qué manera quieren que sea, en rasgos generales, la boda. Aquí hay que discutir la duración, el orden de las intervenciones, si habrá música o no...
La elaboración de un guion es una excelente herramienta para plasmar las ideas bien ordenadas y facilitar la fluidez del acto cuando se ponga en práctica. Un buen punto de partida es diseñar un guión ceremonia civil oficiada por amigos, que comienza con unas palabras de presentación por parte del oficiante, donde se puede introducir brevemente cómo se conocieron los novios y algunos hechos significativos de su historia de amor.

En esta introducción puede incluirse algún matiz más legal, como una aclaración de que la pareja ya contrajo matrimonio oficialmente en el juzgado o en el registro civil, aunque no es totalmente necesario. Sin embargo, si estás aprendiendo cómo oficiar una boda simbólica, es importante que te enfoques en las emociones y en crear un ambiente que refleje el compromiso y amor de la pareja.
El Discurso para Oficiar una Boda: Creando Momentos Inolvidables
A continuación, son los novios los que toman la palabra. Cada uno de ellos debe pronunciar sus votos de forma libre y por orden. Estos se suelen mantener en secreto hasta el gran día, al menos entre la pareja, pero el oficiante puede ayudar a su amigo o a su amiga leyendo y escuchando el discurso que tiene preparado y dándole su opinión. Aprender a preparar un discurso para oficiar una boda puede parecer abrumador, pero con práctica y empatía, se puede lograr una conexión genuina con la audiencia.

Tras unos votos que seguramente habrán arrancado lágrimas entre los contrayentes y los invitados, el oficiante procede a preguntarle a cada uno de los miembros de la pareja la clásica pregunta: “¿Quieres contraer matrimonio con...?”. Ellos dirán que sí (¡más les vale!) y, después, intercambiarán sus anillos mientras pronuncian la conocida frase: “Yo me entrego a ti como esposo/a, y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe”. Las palabras pueden personalizarse para reflejar la individualidad de cada pareja.

El momento más esperado llega ahora: el oficiante declara marido y mujer a la pareja y grita que ya pueden besarse. Una música romántica pondrá la guinda ideal al pastel, creando un recuerdo que perdurará en la memoria de todos.
Como ves, aprender cómo oficiar una boda no es tan complicado como parece. Tan sólo requiere esfuerzo, dedicación y una buena organización. Para asegurar que todo vaya bien, ensaya el guion con los novios unas semanas antes de la boda e, incluso, si tienes la oportunidad, la tarde anterior. Esto os ayudará a ir más tranquilos y con la seguridad de que todo saldrá perfecto, haciendo de este un día inolvidable tanto para la pareja como para los invitados.
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