Éxito asegurado para una boda navideña
La Navidad llena las calles de luces, las tiendas de regalos y las casas de postres. Por eso, celebrar una boda en esta época conlleva una gran ventaja: existen mil posibilidades de decoración en un delicioso estilo invernal navideño.
Este es el único momento del año en el que puedes permitirte montar un árbol sólo para la ceremonia. Colócalo en alguna de las paredes del salón, o bien distribuye varios de tamaño pequeño a lo largo del espacio.
Acompaña el árbol de coronas de flores. La clásica es verde con abalorios, pero existen muchísimas variantes que incluyen ramas secas, organza, lazos de raso o figuras de fieltro. Cuélgalas en la pared, siempre en armonía con el Christmas tree, para no recargar el ambiente. Copia el modelo de tus coronas para ornamentar a juego la parte trasera de las sillas.
No en todos sitios la Navidad es fría. Si vives en un lugar que, aún siendo diciembre, es cálido, y puedes permitirte el gusto de dar la fiesta en un jardín, aprovecha la naturaleza. Puedes cubrir los árboles naturales de guirnaldas y bolas brillantes y colocar luces de colores en las carpas para propiciar una iluminación tenue y romántica. Si deseas “enfriar” el ambiente para que se asemeje más a una Navidad de postal, usa el blanco y el plateado como protagonistas de tus adornos.
En una celebración del amor no puede faltar el muérdago. Deja que forme parte del ramo y que cuelgue del techo para que alguna pareja de nuevos enamorados encuentre una excusa para compartir su primer beso.
El muérdago y las flores de pascua, típicas de la época y de un rojo intenso precioso, encajarán estupendamente en el altar de un salón o al aire libre, en cortinas y en los centros de mesa. A estos últimos puedes adicionarles piñas naturales o con purpurina y bolas pintadas con el nombre de la mesa o de los que se van a sentar en ella. Les encantará el detalle.
Los manteles blancos equilibrarán con su sobriedad la ligera extravagancia de la decoración, pero no está mal que cuenten con algún motivo navideño o, simplemente, unas pinceladas de rojo. Da rienda suelta a tu creatividad con las servilletas o, por ejemplo, envuelve los juegos de cubiertos en un divertido calcetín.
Transforma tu tarta nupcial en un muñeco de nieve, la casa de Papá Nöel en el Polo Norte, un regalo con su cinta y su lazo… con fondant, chocolate, un buen repostero/a y un poco de imaginación, los resultados serán originales, y el contenido sabrá impresionante. Combina el postre principal con galletas del hombre de jengibre y de árboles o cupcakes con caritas de reno y oso (con pretzels y pepitas de chocolate todo es posible).
Avisa a tus invitados de que va a ser la boda más navideña del año con una invitaciones a la altura, con dibujos, lazos e incluso hojas de acebo.
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