Tu boda en un castillo de cuento

Convertirte en una princesa el día de tu boda y caminar hacia tu príncipe azul, que te espera en altar, es posible en el siglo XXI. ¿Has soñado con celebrar tu gran día en un salón de estilo medieval, como si se tratase de tu propio palacio? Estás de suerte. Existen varios castillos que han sido rehabilitados para albergar todo tipo de fiestas y celebraciones, incluídos los casamientos.
Al norte de Madrid, en El Molar, el Castillo de Monteviejo parece sacado de una película de Disney, con sus cuidados jardines y sus altas torres. Ofrece salones amplios y decorados con mimo: el Salón Rey Arturo, el Salón Camelot y el Salón Reina Ginebra. Disfruta del banquete en el interior y del cóctel, la música y el baile en el exterior.
Nada tiene que envidiar el Castillo Irlandés de Longford, en Coyacán, México. Es muy enorme e imponente y lleva tiempo dedicándose a toda clase de eventos especiales. Cuenta con una capilla con capacidad de 500 personas, un salón principal, un salón catalán, otro mexicano, patio y jardín. Por su extensión, es ideal para un boda multitudinaria.
Destinado especialmente a las nupcias, el Castell Jalpí, en Arenys de Munt, Barcelona, es una finca señorial del siglo XIII y que, como su nombre indica, fue construida por August Borràs Jalpí. Su punto diferenciador es el inmenso lago con fuente, que aporta al castillo una magia y una elegancia impresionantes. Junto al lago puedes compartir el banquete con tus invitados, pero también puedes utilizar los múltiples salones que alberga el edificio.
En el pueblo mexicano de Santa María de Tepepan se esconde una auténtica joya, el Castillo de la Cava. Se trata de un paraje muy coqueto que encaja con bodas íntimas con tus familiares y amigos cercanos, pues la capacidad de su salón principal, con decoración medieval, es para 60 personas. No obstante, cuenta con dos anexos: una zona interior mayor en la que caben 400 personas y un frondoso jardín.
Si eres amante del verde y el frío, al norte de España, en Asturias, encontrarás el Castillo de San Cucao, al que se accede por unas largas escaleras de piedra entre el césped. Mezcla su apariencia medieval con una decoración vanguardista, cocina de elaboración propia que personalizan al gusto de sus clientes y unos preciosos y amplios jardines.
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