El glamour de las perlas para tu look de novia

La elegancia de las perlas en la boda

Solemos asociar la joyería de novia con el oro blanco y los diamantes, materiales muy finos y que combinan perfectamente con el estilo de la novia. Sin embargo, las perlas en boda también son una elección clásica y con gran significado. Estas joyas no solo aportan un toque de sofisticación, sino que también pueden tener un valor sentimental, convirtiéndose en verdaderas herencias familiares.

A pesar de la creencia popular de que es de mala suerte usar perlas en la boda, muchas novias contemporáneas optan por desafiar esta superstición y eligen lucirlas orgullosamente en su día especial. En la antigua Roma se vinculaban a las lágrimas de los ángeles, pero esta percepción ha ido cambiando con el tiempo.

En la actualidad, las perlas en una boda simbolizan pureza, y se asocian con la felicidad conyugal y la prosperidad. La civilización griega las valoraba como amuletos para atraer el amor y el bienestar al matrimonio, una tradición que muchas novias siguen considerando hoy en día.

Si decides incluir perlas en la boda como parte de tu atuendo nupcial, encontrarás una variedad de formas de hacerlo. Los tocados con perlas son una opción divina para complementar tu peinado, y un tocador para novia con accesorios de perlas puede ser el espacio ideal para prepararte y sentirte especial en esos momentos previos a la ceremonia.

Para parecer una auténtica diosa griega, apuesta por los ya mencionados tocados con perlas. Hazte un moño bajo desenfadado, dejando algunos mechones sueltos por delante del rostro, y asegúralo con una bonita peineta, como esta de El tocador de la Novia.

El accesorio más popular para albergar estas suaves piedrecillas nacaradas es el pendiente. Llevarlas colgando del lóbulo de las orejas es algo que no pasa de moda: las dormilonas, incluso, pueden llevarse a diario. Para una ocasión especial, como esta, añade un poco de vida al zarcillo de siempre. Luzz tiene un modelo de largo más que razonable y elaborados con oro blanco, cuyos diamantes de 0,40 quilates culminan en las perlas.

Recuerda que el tamaño debe ir en concordancia con el peinado: los pendientes grandes destacarán junto a un recogido, mientras que para cabellos sueltos resultan más adecuado unos de talla pequeña, para evitar dolorosos enredos.

La manera en la que las novias incorporan esta piedra a su cuello suele ser con gargantillas de perlas redondas (las trabajadas y regulares) simples o dobles y con adornos como lazos de gasa, por ejemplo. Inspírate en este collar y pulsera de Tous, ambos muy simples y combinables.

Recuerda siempre que no sólo importa lo bonita que sea una joya, sino que hay que saber combinarla en su contexto. Las bodas de día y en espacios abiertos requieren complementos mucho más sencillos que las nocturnas en salones cerrados. Además, has de buscar siempre el equilibrio con el resto de accesorios y con el peinado y tocado, el maquillaje y la clase de vestido que vas a usar, para no obtener un resultado excesivo o recargado, sino perfecto.