Cómo organizar una despedida mixta
Las despedidas de solteros y solteras son una tradición tan arraigada que apenas nos planteamos por qué la hacemos o qué significan. La última noche de libertad suele ser la excusa que justifica una entretenida fiesta entre amigos. Muchas parejas, sobre todo aquellas que llevan juntas desde siempre y ya se consideran, casi, casadas, no entienden que su matrimonio vaya a suprimirles ningún tipo de libertad ni creen que vayan a dejar de tener tiempo de tomar un café con sus amigas o amigos. Sin embargo, sí que les apetece preparar una celebración para relajarse entre tanto estrés y preparativos, y la mejor manera de hacerlo es con una despedida conjunta.
¿Quién organiza una despedida de soltero y/o soltera mixta? Puede organizarla un colega común muy cercano o un familiar, siempre y cuando éste tenga la certeza de que ellos prefieren estar juntos en lugar de separados en su última noche de soltería. En algunos casos, si no se trata de una sorpresa, la propia pareja puede implicarse en la organización. Esto tiene la ventaja de que, así, ellos mismos orientan el evento hacia sus propios gustos y los de sus convidados.
¿Quién acude a una despedida conjunta? Este tipo de despedida, obviamente, no se reserva sólo a ellos o a ellas, asisten todos los amigos y familiares comunes, aunque no necesariamente todos aquellos que luego van a la boda. Las personas mayores, los niños o aquellos parientes más lejanos o que viven fuera no tienen por qué ser convocados. No obstante, si se trata de una fiesta bastante tranquila, que no es nocturna ni implica alcohol o strippers, los abuelos y los más pequeños serán bienvenidos, por supuesto. Todo depende de la naturaleza del evento.
¿Qué ventajas tiene este tipo de despedida? Hoy en día las chicas no sólo tienen como amistades a mujeres, y los chicos no sólo tienen como amistades a hombres. Parece injusto que el mejor amigo de la novia (que no necesariamente ha de tener tan estrecha relación con el novio) no pueda disfrutar de su fiesta, y viceversa. Una despedida común es mucho más inclusiva y, además, facilita que los invitados que no se conocían vayan tomando contacto entre ellos, porque esto favorecerá unas conversaciones más agradables el día de la boda, si llegan a compartir mesa.
¿Qué actividades se realizan en ella? Lo mejor de una despedida conjunta es que todo cabe. Si se va a tratar de una reunión de personas jóvenes y sin grandes responsabilidades, una buena fiesta un sábado por la noche es un clásico que funcionará de maravilla. Pero si se desea que aquellos que tienen hijos, que poseen una personalidad más tranquila o que son algo mayores también puedan disfrutarlo, organiza algo más asequible para todos.
Una barbacoa en una finca, una ruta guiada, una escapada de fin de semana a una casa rural o, simplemente, una reunión íntima en el salón de casa con picoteo y una agradable conversación son maneras totalmente válidas de hacer una despedida apta para todos los públicos.
En esta línea, puede resultar muy divertido realizar una actividad colectiva, como una cata de vinos o de quesos, un partido de fútbol burbuja, algún juego de mesa o un karaoke casero e improvisado. Todas estas son prácticas muy divertidas y, además, la formación de equipos servirá, nuevamente, para ir propiciando que todos los convidados vayan conociéndose y estrechando lazos. Organizar una despedida mixta es sencillo y tiene muchos aspectos positivos. ¿A qué esperas para empezar a prepararla?
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